La Segunda Guerra Mundial presenció un cortejo de crímenes contra la
humanidad como nunca antes se había visto en la historia de los
conflictos. Pero aunque algunos de tan dantescos episodios han sido
ampliamente dados a conocer al mundo, sobre otros ha caído una espesa
capa de silencio. Entre ellos está la deportación masiva de
alemanes, miembros de las minorías germanas de los países del Este
europeo o bien habitantes de las regiones orientales del Reich que iban a
ser entregados a otros Estados, que fueron expulsados a la fuerza y en
condiciones dantescas hacia lo que quedaba de Alemania. Esta gigantesca
migración forzosa, que implicó a unos dieciséis millones de personas,
fue realizada en tan espantosas condiciones que acabó con la muerte de
más de dos millones de estos deportados. Si bien a primera vista los
responsables de tan cruel hecho fueron las tropas soviéticas y sus
aliados polacos y checos, en realidad las democracias occidentales
compartían una pesada carga de responsabilidad por tal atrocidad.
Este tema, que aunque no muy difundido, si que es conocido fuera de nuestras fronteras, especialmente en Alemania, por motivos obvios, ha quedado sin embargo totalmente inédito en castellano, por lo que un libro como este tiene el gran mérito de cubrir una importante laguna de la literatura histórica contemporánea existente en castellano.
La importancia del libro se ve resaltada por el talante del autor. Alfred M. Zayas es un jurista e historiador de nacionalidad norteamericana, formado en la prestigiosa "HarvardLaw School" (de la Universidad de Harvard). Amplió sus estudios en Alemania después de la Segunda Guerra Mundial, alcanzando el grado de Doctor en Historia Universal de Gotinga. Como jurista, ha destacado por sus aportaciones a la disciplina conocida como Derecho Penal Internacional, rama del Derecho que sólo se consolidó después de la experiencia de los Juicios de Nuremberg, ya que su ámbito de trabajo es, precisamente, el de los Crímenes de Guerra y contra la Humanidad. Sin embargo, Zayas ha investigado sobre Crímenes de Guerra y contra la Humanidad que, desgraciadamente, no fueron sancionados ni en Nuremberg ni ante ningún otro Tribunal.
Reconocido como uno de los máximos expertos en el campo de los derechos humanos, en el año 2012 fue nombrado por el Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas experto independiente para la promoción de un orden internacional democrático y equitable.
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